lunes, 11 de junio de 2012

CASTILLO DEL CID


Fortaleza española situada en el término municipal de Jadraque (Guadalajara). Desde su altura vigila una extensa zona de la vega del río Henares, con las sierras del norte de Guadalajara al fondo.

Es vulgarmente conocido con el nombre de Castillo de Cid, pero lo cierto es, que el Cid nunca ha estado ligado directamente a esta fortaleza, aunque en el vivió en primer Conde del Cid: Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza.

Durante la Alta Edad Media fue una importante posición defensiva de la que hoy apenas quedan rastros. En el año 1469 el cardenal Pedro González de Mendoza intercambió con Alonso Carrillo, el castillo de Maqueda por el de Jadraque. Pedro González de Mendozapor era entonces obispo de Sigüenza,y miembro del linaje Mendoza; una de las familias nobiliarias que más se distinguieron por su protección a las artes durante el Renacimiento.

El actual castillo de Jadraque es casi íntegramente obra del último tercio del siglo XV, es decir, del último grupo de castillos-palacio medievales, ya en vías de desaparición en esta época. Su reforma en el siglo XV se debió al maestro de obras Alberto de Caravajal, ayudado por canteros del Norte de España. Este maestro de obras también dirigió la reforma del castillo de Puebla de Almenara (Cuenca). Es probable que las trazas de la reforma fueran dada por el arquitectoJuan Guas, aunque su intervención no está documentada. La obra de reforma afectó en gran manera a casi todo lo que allí hubo con anterioridad, pues incluso se llegó a rebajar el terreno natural del cerro. Sólo la que fue una gran torre pentagonal en proa fue aprovechada en la obra del nuevo castillo bajomedieval (probablemente hacia mediados del siglo XX casi toda esta torre fue desmontada para así servir de cantera).
No duró mucho tiempo la etapa de esplendor del castillo. Muerto Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, marqués del Cenete y Conde del Cid, su única hija se casó, con el duque del Infantado y, por lo tanto, quedó incluido en el patrimonio de la rama mayor de los Mendoza, que fueron abandonándolo a su suerte. La guerra de Sucesión reactivó su valor como fortaleza, desapareciendo para siempre su carácter señorial. Ya en el siglo XIX, paso a ser propiedad, de los duques de Osuna.
En 1899, el ayuntamiento de Jadraque, lo compró por 305 pts., cuando arruinada la Casa Infantado-Osuna, sus bienes fueron subastados. Desde fines del siglo XX, se vienen realizando en él obras de rehabilitación, aunque en la actualidad parece ser que estas permanecen paradas.


























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